Duele. Duele cuando te das cuenta que formas parte de ese grupo del cual no querías ser parte. Cuando la ceguera desaparece y ves lo que aunque siendo ciega no querías ver. Duele cuando las cartas están sobre la mesa y no ganaste.
Duele. Duele ver, pero hay que ver para creer.
Duele cuando te das cuenta que los dichos se vuelven realidad. Cuando siempre hay uno que ama mas que el otro y ese papel te toca jugarlo a vos.
Y no hace falta hablar de romance cuando digo amor, sino que me refiero a otro tipo de amor, al de una amistad.
Y yo me pregunto: ¿Para qué nos esforzamos tanto en mantener una amistad si no podemos confiar ni en nosotros mismos? Tendríamos que aceptar que la gente cambia y avanza.
Tendríamos que aprender a decir adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario