No sé.
No sé que hago acá, ni tampoco sé si importa tanto el motivo. No sé si quiero saber por qué.
El mate sobre mi escritorio y Almendra de fondo empiezan a relajarme.
Decido dividir mi vida en capítulos. Pero aborrezco volver al pasado. No entiendo por que les gusta volver atrás y recordar lo tan miserables que eran sus vidas antes. O peor, recordar lo buenas que eran y deprimirse por su presente.
Mañana es mejor.
Empecemos. (No sé por donde).
La vida es como un mate. Se disfruta. Cada absorción que das por esa bombilla. Los sabores que juegan en tu boca. Esa ramita que suele colarse y tiende a ser odiosa. Ese sabor amargo o dulce. Sentirnos grandes al saber armar un mate. Relajarnos y disfrutarlo para nosotros solos. O compartirlo.
Me cuesta desenredar el nudo en la garganta. Dejar hablar a mis pensamientos. Dejar salir mis sentimientos y emociones. Tengo una boca que no emite sonrisas y unas cuerdas bocales que no hablan. Tengo ojos que no ven y al mismo tiempo ven todo. Unos brazos que no abrazan y unos labios que besan y no sienten nada.
Tengo un par de oídos que no quieren escuchar, pero oyen todo. Unos pies que caminan pero no saben a donde ir y una mente que piensa pero no sabe como actuar.
Quizás esos pequeños o grandes defectos son lo mas hermoso que tenemos. Esas cosas por las cuales somos recordados y extrañados. Esos defectos que nos identifican.
Hay que aprender a aceptarse.
El agua se acabó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario