Estoy encerrada en mi propia libertad. Me creo muy liberal, muy independiente. Me pienso capaz de lograr mi felicidad por mi misma y no que otro la provoque. Me creo capaz de no necesitar ayuda. Me creo capaz de no sentir. Me creo capaz de no enamorarme. Me creo capaz de tantas cosas que al final solo termino siendo yo. Un ser humano mas. Otro cliché de este pequeño mundo. Y así estoy, encerrada en mi propia jaula, una jaula de sueños y deseos. Porque eso son, sueños y deseos, no realidades. Y me pongo a pensar si algún día voy a salir y desplegar las alas como deseo de todo pájaro, pero me acuerdo que no soy un pájaro ni que tengo alas y menos que puedo volar. Y ahí me derrumbo, ese deseo tonto que querer volar sobre todos mi problemas se desvanece. Pero luego entiendo que a veces no se puede evitar las cosas.
Y luego aparece un pavo real, me despliega sus hermosas plumas con esos colores cristalinos, es tan hermoso que me duele observarlo. Pero el pavo se equivocó, porque yo no soy como él, solo soy un pájaro mas atrapado en su jaula con su deseo tonto e insensato de querer salir. Y él me tienta, intenta conquistarme con sus plumas y se me hace imposible no desear ser un pavo real para sucumbir a sus encantos, pero si me da fuerzas para querer escapar. Entonces espero salir de esta enorme jaula y caminar, dar mi primer paso fuera con el pie derecho. Pero parece que esta roto y me duele.
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