El rey ordenó a su visir que cada noche
le llevara una virgen y cuando la noche
había transcurrido mandaba a que la matasen.
Así estuvo haciendo durante tres años y en la
ciudad no había ya ninguna doncella que pudiera
servir para los asaltos de este cabalgador.
Pero el visir tenía una hija de gran hermosura
llamada Scheherazade...
y era muy elocuente y daba gusto oírla.
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