domingo, 30 de septiembre de 2012

Jean desgastado.

Son etapas, escuché decir alguna vez. Pero también es opción de cada uno, uno puede elegir seguir así, mejorar la situación o que la cosa se vaya mejorando sola. Las relaciones se gastan, como una tela, como un jean. Pero en este caso hablamos de una relación y que esté gastada no significa que esté rota, terminada. Uno a veces debe convivir con ciertas cosas. Todo se hace costumbre. Las peleas, la personalidad, los gestos, las contestaciones, todo es algo mas de lo cotidiano. Algunas personas llegan hasta cierto punto, a un tope, suelen tener el vaso casi lleno siempre. Otras son mas tolerantes, pero cada uno con su tema. Es algo que nos pasa a todos, siempre tenemos esa gotita que rebalsa el vaso. A veces las relaciones están tan desgastadas y cualquier cosa puede pegar fuerte y así detonar la inminente separación. Es difícil sacar una relación a flote, pero no imposible, nada mas se necesita un tiempo extra para dialogar, y, si nada cambia a otra cosa mariposa, a lo mejor se necesita de otra relación nueva para ambas.

Hasta ayer estaba bien. Hasta ayer a la noche escuchando mi lista de música deprimente del iPod antes de irme a dormir y hasta que sonó The climb, estaba bien. Vos muy bien sabes que significa esa canción para nosotras. (Subiría el video pero se que me matarías). Cuestión que me largué a llorar, como nunca antes. Supongo que no fue tan grave, pero estaba en esos momentos en los que tenemos mil millones de cosas acumuladas y ya me empezaban a salir por todos lados. Necesitaba un desahogue y me respaldé en eso. 
Nos cansamos las dos de hablar y hablar. Uno a veces se pregunta: '¿Para qué carajo sirve hablar, cuando uno vuelve a cometer los mismos errores?'. Puede que las dos tropezamos con la misma piedra muchas veces (quizás mas yo que vos) pero si algo aprendí es que el raspón con un poco de agua oxigenada y tiempo se sana.
Como dije antes, uno se acostumbra a vivir con ciertas cosas y como nos podemos acostumbrar a las peleas y discusiones, también nos podemos acostumbrar a estar así. Claramente esa no es la idea, porque lo ideal sería que las dos pongamos voluntad e intentemos revertir esas cosas que tanto nos molestan y chocan bastante. En teoría, nuestra relación esta en stand by, pero como me encantaría tirarle un baldaso de agua así se despierta. El problema viene ahora, cuando ninguna de las dos esta segura si la relación se agachará y mojaremos a alguien que pasará por detrás. Entonces le tenemos miedo a eso, al '¿qué pasará?'. Ojala pudiéramos recordar juntas. Recordar estos hermosos y no tan lindos 15 años. Pasamos por tantas etapas y cambios las dos, que es evidente que a veces uno, después de tanto, quede medio tarado. No me salen las palabras. Creo que no hace falta que te diga todo lo que siento por vos, supongo que esas cosas están demás. Nunca les creí todos esos "te amo" que las personas suelen decirse entre sí tantas veces. Nunca lo creí. Yo pienso en que no hace falta demostrar tanto, que el que mas demuestra menos siente, sino que esas cosas quedan en cada uno. Que uno mismo sabe muy bien lo que siente y no le hace falta tener que demostrarlo. Además, vos sabes lo cerrada que soy y lo que me cuestan estas cosas. Pero lo estoy intentando y pensé que solo iba a poder escribir tres renglones, o ni siquiera eso. Con todo esto no intento que mañana me abraces y me digas: '¿Nos amigamos? Te amo', y tampoco estoy diciendo que no quiera eso, solo que quiero que lo leas, reflexiones y decidas que queres hacer vos con todo esto. Yo no te obligo a nada, solo quiero que decidas lo mejor para vos. Y quien sabe, quizás esta entrada ni llega a destino y yo acá como una pelotuda perdiendo tiempo. Pero la vida es así, la aguja podrá dar diez vueltas, pero mientras estés haciendo lo que sentís y queres lograr, esas diez vueltas son nulas. 
Siempre pensé que prefería que si mis papas vivían peleándose, sería mejor que se separen y que vivan tranquilos, cada uno por su lado. Pero esto es diferente, ya no lo vivo desde a fuera, ahora soy yo la que juega ese papel. Espero que esto no sea el final de algo, sino el comienzo de algo nuevo.
Me costó escribir esto. Me tardó varios días, un par de lágrimas y unas cuantas canciones. Pero siempre la mantuve ahí en borrador porque no quería olvidarme de nada, de ningún detalle. Porque lo mas importante de la vida son esos simples y mínimos detalles...


"La vida sin problemas es matar el tiempo a lo bobo, dice el indio, pero que de los problemas te quedan cosas buenas y se aprende." 

miércoles, 26 de septiembre de 2012


Te  quitabas  la  faja  de  la  cintura,  te  arrancabas las sandalias, tirabas a un rincón tu
amplia falda, de algodón, me parece, y te soltabas el nudo que te retenía el pelo en
una cola. Tenías la piel erizada y te reías. Estábamos tan próximos que no podíamos
vernos, ambos absortos en ese rito urgente, envueltos en el calor y el olor que
hacíamos juntos. Me abría paso por tus caminos, mis manos en tu cintura encabritada
y las tuyas impacientes. Te deslizabas, me recorrías, me trepabas, me envolvías con
tus piernas invencibles, me decías mil veces ven con los labios sobre los míos. En el
instante final teníamos un atisbo de completa soledad, cada uno perdido en su
quemante abismo, pero pronto resucitábamos desde el otro lado del fuego para
descubrirnos abrazados en el desorden de los almohadones, bajo el mosquitero blanco.
Yo te apartaba el cabello para mirarte a los ojos. A veces te sentabas a mi lado, con
las piernas recogidas y tu chal de seda sobre un hombro, en el silencio de la noche que
apenas comenzaba. Así te recuerdo, en calma.
Tú piensas en palabras, para ti el lenguaje es un hilo inagotable que tejes como si la
vida se hiciera al contarla. Yo pienso en imágenes congeladas en una fotografía. Sin
embargo, ésta no está impresa en una placa, parece dibujada a plumilla, es un
recuerdo minucioso y perfecto, de volúmenes suaves y colores cálidos, renacentista,
como una intención captada sobre un papel granulado o una tela. Es un momento
profético, es toda nuestra existencia, todo  lo vivido y lo por vivir, todas las épocas
simultáneas, sin principio ni fin. Desde cierta distancia yo miro ese dibujo, donde
también estoy yo. Soy espectador y protagonista. Estoy en la penumbra, velado por la
bruma de un cortinaje traslúcido. Sé que  soy yo, pero yo soy también este que
observa desde afuera. Conozco lo que siente el hombre pintado sobre esa cama
revuelta, en una habitación de vigas oscuras y techos de catedral, donde la escena
aparece como el fragmento de una ceremonia antigua. Estoy allí contigo y también
aquí, solo, en otro tiempo de la conciencia. En el cuadro la pareja descansa después de
hacer el amor, la piel de ambos brilla húmeda. El hombre tiene los ojos cerrados, una
mano sobre su pecho y la otra sobre el muslo de ella, en íntima complicictad. Para mí
esa visión es recurrente e inmutable, nada cambia, siempre es la misma sonrisa
plácida del hombre, la misma languidez de la mujer, los mismos pliegues de las
sábanas y rincones sombríos del cuarto, siempre la luz de la lámpara roza los senos y
los pómulos de ella en el mismo ángulo  y siempre el chal de seda y los cabellos
oscuros caen con igual delicadeza.
Cada vez que pienso en ti, así te veo, así nos veo, detenidos para siempre en ese lienzo, 
invulnerables al deterioro de la mala memoria. Puedo recrearme largamente en esa
escena, hasta sentir que entro en el espacio del cuadro y ya no soy el que observa, 
sino el hombre que yace junto a esa mujer. entonces se rompe la simétrica quietud 
de la pintura y escucho nuestras voces muy cercanas.
-Cuéntame un cuento -te digo.
-¿Cómo lo quieres?
-Cuéntame un cuento que no le hayas contado a nadie.





martes, 25 de septiembre de 2012

Espiral


Me gusta dar vueltas, me gusta la sensación de mareo que provoca el espiral. 
Pero todo terminó, llegué al final del espiral y antes no me había dado cuenta 
de su próxima llegada, no me avisó.
Así que terminé estancada.
Ahora espero el renacimiento. 

“El espiral simboliza el proceso de crecimiento y evolución. Representa el proceso de volver al mismo punto una y otra vez, pero en un nivel diferente, de este modo que todo se ve con una nueva luz.”


Para los celtas tenía que ver con evolución y crecimiento holístico, dejar ir, sumisión, liberación, conciencia del uno en el contexto del todo, conectividad y unión con lo divino y las energías cósmicas. 

El espiral es una formación natural frecuente en el reino vegetal, evoca la evolución de una fuerza, de un estado. Es continuidad, desarrollo, emancipación, rotación creacional; en una palabra el espiral es fertilidad con todo lo que connota. Es el inicio y el fin, nacimiento y finitud, transformación.
En muchos lugares representaba el ciclo "nacimiento-muerte-renacimiento" así como al Sol, que se creía seguía ese mismo ciclo, naciendo cada mañana, muriendo cada noche y renaciendo a la mañana siguiente. 
Desde las épocas más antiguas, la humanidad se ha sentido fascinada por el movimiento en espiral, que consiste en una rotación hacia un punto central o el recorrido inverso. En todas las culturas antiguas, el espiral, que es la forma natural del desarrollo y movimiento, ha sido un símbolo del viaje hacia la vida eterna. La forma espiral se utilizó como símbolo místico de la búsqueda del alma de su liberación, representando el camino que girando, iba al centro de lo divino. 
En las culturas precolombinas, el dios de la lluvia, Tlaloc, era representado saliendo de la boca de un caracol gigante, y Quetzalcóatl estaba estrechamente relacionado con caracoles marinos. Para los mayas , el solsticio de invierno era el momento cero en su cosmología y la espiral simbolizaba ese origen. 
La Venus de Milo fue representada girando sobre sí misma en movimiento ascendente, con su parte superior desnuda y la inferior cubierta, como si estuviese abandonando el ropaje de la materia en su ascenso en espiral. 
El caduceo hermético, con el doble enroscamiento de las serpientes, reproduce la misma forma que el doble movimiento de los Nâdi, canales situados a ambos lados de la columna vertebral que ciertas prácticas yóguicas ponen en movimiento a fin de lograr el despertar de la Kundalini, para que ésta ascienda hasta el chakra (vórtice energético) situado en la cabeza. Todas estas configuraciones serpentinas reiteran idéntico Leitmotiv. 
El antiquísimo símbolo del Yin y Yang, es también una forma de espiral que carece de principio y fin. Todo se expande y multiplica, dando origen a la dualidad, para regresar de nuevo a la divinidad, una vez finalizado el proceso. 
En el Hinduísmo, la doble espiral representa la evolución, partiendo de su centro, y la involución, regresando al mismo. Es el Kalpa y el Pralaya, nacimiento y muerte. 
Para numerosos pueblos africanos, esta forma simboliza la dinámica de la vida y la expansión de los seres dentro de lo manifestado. Entre los Dogón, representa la semilla de Amma; es decir, el verbo o palabra de Dios. 
También se ha asociado la espiral con la Gran Rueda de la Vida, que simboliza los ciclos de la naturaleza. 
En la Tradición Cabalística, el alma bajaba en espiral para adquirir una presencia física en el momento del nacimiento, se creía que al morir se producía el proceso inverso y el alma subía de nuevo en espiral.


sábado, 22 de septiembre de 2012

Ding dong.
Sala de espera llena de caras largas.
Anuncian nombres y apellidos y el terror de que uno de esos sea el mio me invade.
Mi corazón se de tiene.
Me levanto casi temblorosa como aferrándome a los apoya-brazos y queriendo que me retengan y no me dejen ir. 
Camino y siento como si cada pisada pesara una tonelada, 
como si en cada paso dejara mis ganas. 
El pasillo se me hace infinito y cuando doy con la puerta 8 mis pies se detienen, 
se pegan al suelo. 
Cuando por fin entro me espera ahí sentada, 
con su sonrisa falsa, sus peluca dorada y su maquillaje corrido. 
Un escritorio, una camilla  y la odiosa balanza. 
Me hace pasar con una sonrisa mostrándome sus colmillos.
Luego pienso que muchas quieren estar en mi lugar, 
ponerse las pilas y hacer lo que yo. 
La diferencia, es que ellas lo harían porque quieren, yo en cambio, lo hago obligada.
Tal vez tendría que aprender a dejar ayudarme. 

martes, 18 de septiembre de 2012

Sinfonía para Ana.


3 de enero del 2003.
¡Ani, hermana mía!
Hoy cumplirías 42 años. Son las dos de la matina y no me puedo dormir.
Ayer, ¡por fin! terminé el C.D.
Un C.D. es como un disco para escuchar música. Vos no los conociste. Quiere decir un disco compacto, pero en inglés.
Hace dos años, empecé a buscar todas nuestras canciones por internet, las bajaba y luego las grababa.
Tampoco conociste la computadora, ni internet. En internet encontras todo como en el Aleph de Borges… ¡Bah! Todo no.
Todas las canciones que no estaban, las de la militancia, por ejemplo, las grabé en un estudio con gente que me hizo gamba.
Nuestras canciones de niñitas, preferí. en vez de bajarlas tal como estaban, que las cante Marian. A ella le divirtió mucho el proyecto.
Marian es mi hija. Tiene diez años. Se llama María ana.  No podía ser de ninguna otra manera hermanita mia.
Nunca te habia escrito en estos 27 años. Y hoy voy a permitirme hacerlo con el desorden propio de la aparicion de mis recuerdos.
En realidad, si te habia escrito infinidad de cartas cuando recien llegue a España. Eran todas tan dolorosas que terminaba prefiriendo no mandarlas.
Cuando me enteré de lo que te pasó, ahí sí no pude escribirte más, sólo llorarte.
Tengo una laguna inmensa de esa época, sólo flashes que vienen y me paralizan.
Recuerdo que a fin de marzo del 76 me las pasaba en la cama queriendo dormir hasta mi regreso a Buenos Aires.
Después me entere de que los ultimos meses fueron tal cual.
Una noche sono el telefono. Mi vieja grito euforica “¡Rosa! ¡Qué alegria escucharla!”, para despues empalidecer y enmudecer.
Evidentemente no me quise dar cuenta de nada, porque en ese mismo momento dije: “Sera otra rosa, ¡qué va a hacer nuestra Yosa, hablando a Barcelona!”.
¿Vos podes creer que mi vieja lloraba desconsoladamente, se encerraba con mi viejo, hablaban en secreto, mi viejo buscaba tranquilizantes en los canastos aun no desarmados, Monik tambien lloraba y yo no preguntaba nada? Nada de nada.
Después, tiempo despues, no se exactamente cuando… Un dia… Vinieron a mi cuarto, se sentaron los dos a los pies de mi cama y Monik sobre la almohada con la cola al lado de mi cabeza. Habló mi vieja:
-Isa -Me dijo-, te tenemos que decir algo muy triste: Ani esta presa.
Si, presa, me dijeron… Todavía no existía decir desaparecida. Después de eso, no recuerdo demasiado, hay una nube negra que me comprime el cerebro, porque después me vienen recuerdos de cuando empece mis clases catalanas, y los días, meses, años que estuve totalmente dada vuelta por la falopa.
Cuando llegue aca, en el 84, despues de grandes charlas con tu vieja, los primeros sesenta dias de mi retorno los dormir en tu cama, tu vieja me ayudo en mi recuperacion. Su argumento fue demoledor:
-Isa_ Me rogó-. tuve muchas perdidas ya… No aguantaría nignuna más… Hacelo por mi, hacelo por ani.
Y bueno nada, ibamos todos los dias, ella conmigo, a laborterapia… A cursar Plastilina I. Regado de plantitas inofensivas II, Amasado de pan  III… Y dejé la merca. Un año seguido con esos menesteres… Si, Ani, estoy escuchando como te cagas de risa…
En esas grandes charlas con tu vieja, un dia me conto como habia sido lo tuyo.
Aparentemente, salias de ingles ese horroroso 25 de abril de 1976… Caminabas por Ayacucho, y entre Marcelo Y. y Paraguay te diste cuenta de que te seguían… Empezaste a correr y te metiste en un negocio… Sacaste “algo”, asi me lo dijo ella, sacaste algo de tu “monedero”, te lo tragaste… tiraste tus cosas, y saliste nuevamente… Ahí, en la calle, te agarraron cuatro monos de los brazos y de las piernas y te metieron en el asiento trasero de un Falcon verde.
Tu vieja, Rosa y Marta reconstruyeron tu camino interrogando a todo los de esas cuadras…
Ellas siempre pensaron que lo del monedero había sido alguna carta que te resististe a quemar en su momento y que te comprometía seriamente…
Las asegure que no. Les conte lo de la piedrita de cianuro… No tengo dudas de que fue asi. Eso si recordaba perfectamente… Que cuando el pobre Capi (cayó poco depsues que vos) te la dio, vos la guardaste en tu monedero y yo la tiré.
Nos costó muchísimo tranquilizar a tu mama… Lloraba y decia que, perdidas las esperanzas de que algun dia regresaras, no tenia sentido alguno seguir viviendo… Nos cansabamos de decirle:
-No sufrió nada… No hubo torturas… Fue rápido…
Después, poco a poco, fue pensando en que no fue estéril su lucha en derechos humanos con las Madres de Plaza de Mayo, por todas las Anas que no llevaban cianuro consigo… Además, estarias en paz en el cielo junto a tu papá, aprobando el quehacer infatigable de tu mama, Rosa y Marta.
¡Tu viejo! Un cáncer de hígado lo llevó a tu encuentro a los seis meses de tu partida… Según tu mamá, ustedes están juntos y la guían desde allá.
Rosa se fabricó un pañuelo similar a tu primer pañal, lo lleva en la cabeza al igual que tu vieja, y no falta nunca a la Plaza.
La tía Marta largó los tacos de París y al novio Albert ¿Te acordás? Se puso mocasines cómodos y recorrió juzgados, morgues, ministerios, oficinas de milicos y todo lo que se te pueda ocurrir, para dar con vos. Está un poco vieja, pero divina. Ya no usa el delineador salvo cuando Marian la maquilla.
Lito vive en Brasil, En Morro do Sao Paulo, exactamente.
Lo vi por casualidad hace unos once o doce años, cuando vacacioné ahí.
Trabaja en un parador de la playa.
Cuando nos reconocimos, lloramos y lloramos y lloramos…
Casi no pudimos hablar… Le veía tatuado en el pecho “Ana” y no me podía consolar.
Te amó en serio, Ani… Doy fe.
Está soltero… Y drogón.
Con el que hablo a veces es con el viejo de Lito. Se vinieron con Dani, Andrea y dos críos en el 85. Armaron un estudio de arquitectura bastante vip.
La historia con Pedro. El papá de Marian, es larga… Te la contaré en la próxima carta, Lo conoci en Barcelona, en la facultad… ambos cursábamos simultáneamente Socio y Periodismo… y eso nos daba la ilusion de que eramos el uno para el otro… En realidad lo fuimos por casi quince años. Hoy, él allá y nosotras aquí.
Mucha gente, de la nuestra, esta desparramada por el mundo.
Me he econtrado los viejos compañeros en los lugares más insólitos…
Y muchos se perdieron en el camino, así como vos.
Hay una placa en el Colegio, con el nombre de los ciento treinta desaparecidos.
Está en el claustro central. Nunca puedo terminar de leer tu nombre completo.
El desconsuelo suele cegarme.
Marian te adora. Rosa le contó ademas de ser su tia, sos una suerte de hada madrina, angel de su guarda.
¿Sabes lo que hace la guachita? La otra vez la escuche y no lo podia creer… Resulta que Rosa queria ver su novela de las nueve, y Marian queria ver otra cosa (era viernes, dia en que se quedaba a dormir en tu casa) pero ademas queria verlo con Rosa y le rogaba, le suplicaba… Cuando por fin Rosa accedió a su pedid, Marian canto a viva voz:
-¡Se siente, se siente, Rosa presidente!
Me hizo cagar de risa…
Mentira, me desarmó por completo.
El C.D. tiene como cuarenta temas… Spinetta, Sui Generis, Vox Dei, Quilapayún, consignas varias, Maria Elena Walsh… Quedó muy bueno.
Bueno, hermanita, será hasta la próxima.
La próxima carta, la próxima victoria.
Nunca dejé de extrañarte.
Isa.

Say no more


La noche de los Lapices Una página negra en la historia argentina de la segunda mitad del siglo XX, se recuerda cada 16 de septiembre, desde los hechos ocurridos en 1976 en la ciudad de La Plata (Capital de la provincia de Buenos Aires y ciudad eminentemente estudiantil). Es conocido con el nombre de “La Noche de los Lápices”, el episodio de dolor de los sucesos de esa noche cruenta en que siete jóvenes dejaron sus vidas en la defensa de los reclamos por sus derechos de estudiantes secundarios (el reclamo de un boleto estudiantil que dio la excusa a quienes - haciendo abuso de poder- olvidaron los derechos del ser humano y cercenaron la vida de un grupo de jóvenes que luchaban por la reivindicación de sus derechos). En ciertas etapas nefastas de la vida nacional, el contexto histórico y político aniquila a quienes alzan su voz, y hay hechos que no se deben olvidar para evitar que se repitan. Aunque los avatares de nuestras democracias conlleven grandes problemas económico-sociales, no debemos dejar de valorar y recordar nuestros derechos y garantías constitucionales, defender la educación pública y gratuita; pues a un pueblo educado y culto es más difícil dominarlo, quitarle su dignidad. A la par de los Derechos y Garantías Constitucionales existen Deberes y Obligaciones que se deben respetar y cumplir, valorando la libertad que permite gozarlos a unos y cumplir con los otros. Para que la muerte de vidas jóvenes caídas en la defensa de sus derechos, tenga un significado, es importante que se continúe siempre con la defensa de la formación de ciudadanos cultos, instruídos; es fundamental la capacidad de pensar, de discernir críticamente sobre sus propias razones, de escuchar otras posiciones y la de buscar formas de consenso que permitan la convivencia con justicia, con tolerancia, con solidaridad y con respeto.
“Son Deberes de un Pueblo defender sus Derechos”.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Pensar ya pasó de moda

El error humano:
Siempre la gente suele tender a hacer lo mismo.
¿Tanto cuesta pensar las cosas antes de decirlas?
¿Tanto cuesta pensar antes de actuar?
¿Tanto cuesta buscar bien antes de decir 'no lo encuentro'?
¿Tanto cuesta decir 'si' o 'no'?
¿Tanto cuesta preguntar antes de pensar cualquier cosa?
Tantas cosas cuestan que si te las pones a pensar son muy tontas, tanto que me causa gracia pensar que son cosas cotidianas de mi vida.
Y me pregunto: ¿Tanto cuesta evitarlas?
Lo mas gracioso es que las hacemos sabiendo que están mal y quien sabe cuantas veces nos tendrán que reprender para entenderlas.
La vida comenzó a causarme gracia (tanto que ya me duele)
Sentada la observo. La analizo y río, sin parar. Parece que ya estoy demasiado cansada de cuestionarla que no me queda otra que reírme de ella.
Uno con el tiempo aprende a tomarse con humor sus desgracias.
¿Cuando uno esta cansado de todo que se hace?
¿Solo se respira?
Creo que necesito un manual de: "como aprender a vivir".
Que gracioso. ¿Quién dice como se vive o no? (me río hasta de mis propios pensamientos)

domingo, 9 de septiembre de 2012

El orégano.

La historia de cómo supe que no quería estar más con mi ex.



El sábado en que festejé mi cumpleaños, tomó bastante y comió una camionada de golosinas, chizitos, sanguchitos, pizza, salchichitas y todas 

esas cosas que suelen haber en las fiestas. Cuando todos los invitados se fueron se quedó dormido. Al rato decidió irse. Se despidió tiernamente con un piquito en la puerta. Cuando me sonrió vi que tenía un orégano entre los dientes.


Al día siguiente yo tenía que internarme a estudiar porque rendía ese lunes, pero igual me llamó para decirme que estaba muy enfermo, que por favor fuera a visitarlo porque le dolía muchísimo la cabeza y la panza, y necesitaba verme aunque fuera un rato.

Así fue como me apiadé y a las siete de la tarde tomé el colectivo que una hora después me depositaría en casa de mi chico. En el viaje iba tratando de estudiar, cosa que no es nada fácil de hacer en el micro: las rayas de resaltador me salían chuecas, perdía el hilo de la lectura y tuve que darle el asiento a una viejita.

Finalmente llegué a la casa del enfermo. Esperaba prepararle un cachamai, hacerlo sentir bien. Esas horas de estudio que estaba perdiendo verdaderamente valían la pena.

Toqué el timbre. Me abrió la puerta.

Tenía la barba crecida y un insoportable aliento a alcohol digerido.

Supe que no quería ser más su novia cuando sonrió tratando de darme un beso, y vi que todavía tenía el orégano entre los dientes.


martes, 4 de septiembre de 2012

Chaplin

Me adentro en la oscuridad, en ese callejón vacío y frío. Escucho murmuros y pasos detrás mío, mi caminata adquiere una velocidad  como esa y única carrera que vi de las olimpiadas, de esas que no se puede correr pero que los participantes caminan muy rápido. Tomo aire e intento tranquilizarme. Llegué al final, como cuando estas jugando a un juego de mesa y llegaste al último casillero, pero en vez de festejar, lloro. Al llegar al final del callejón y al darme vuelta, logro divisar un par de figuras negras. Luego se me nublaron los ojos debido a las lagrimas, yo no entiendo muy bien lo que esta pasando o lo que va a pasar, pero lloro. Y ahí llega ese momento en el cual ves pasar toda tu vida por delante como si fuera una película de esas viejas en blanco y negro y que nadie habla. Y se me hace extraño verme a mi, siendo yo la protagonista de la película. Comienzo a cuestionarme cosas, esas cosas insignificantes de mi vida, pero que cobran sentido ahora. Y se me cruza por la cabeza cualquier boludez. Se me entrelaza con la película, mi mamá haciéndome las dos trencitas para ir al jardín  aquel chico que me regaló una flor y la nena que se robó mi juguete. Y este es el momento en el que me pongo nerviosa. Me molestan este tipo de cosas. Tener que estar en estas situaciones para ponerme a pensar cosas serias o recordar. ¿Por qué no puedo estar tranquila acostada en mi cama (a salvo) y ponerme a discutir conmigo misma? ¿Por qué decido callar? ¿Tiene que estar por pasar algo malo para reflexionar? Como cuando hablamos o actuamos sin pensar y luego viene la famosa frase: '¿Por qué carajo no lo pensé antes?' Fácil. Porque somos seres humanos. Y me quedan estos últimos minutos en los cuales no me alcanza el tiempo para pensar y recordar todo y a todos.
Las figuras comienzan a avanzar, tanto que casi no veo otra cosa que la plena oscuridad. 
Y lo ultimo en lo que pienso es: '¿No me estarán haciendo un favor?'

lunes, 3 de septiembre de 2012

07:07

Él no se rinde. Él quiere seguir en el juego. Él piensa que es divertido, pero en realidad, un juego es divertido cuando todos los participantes se divierten. Y en este caso, el único que se divierte es él. Me tendrías que ver a mi, sentada en un rincón cual nena de 4 años, haciendo pucherito porque no me gusta el juego y él no quiere parar. Y comienzo a llorar. Sí, por un estúpido juego. Pero de eso se trata, de tener la suerte de llorar por cosas insignificantes y no por cosas serias. Las lágrimas me saben a un "no sé qué" pero un "no sé qué" dulce. Pero no lo puedo enfrentar. No puedo ir y decirle: "no me gusta este juego, cambialo, y no me importa si no queres jugar a otro". Creo que si hay algo que les quiero contar de mi, es que siempre me costó enfrentar las cosas. Supongo que nunca tuve los ovarios suficientes. Y entonces este juego quedará inconcluso o habrá un ganador y supongo que no seré yo.


Y ahora estoy sentada frente a la computadora, escribiendo (o por lo menos eso intento), escuchando Bob Marley, relajada. Y me acuerdo que todavía tengo un mensaje de él en el celular que no respondí y una cita inconclusa. Y ahora es cuando me pregunto: ¿Realmente quiero jugar? ¿Me sé las reglas? ¿Existen reglas?  Pero después observo mi cronograma y me doy cuenta que no hay lugar para un nombre. 

domingo, 2 de septiembre de 2012

Me gusta la palabra "inconclusa"

Me acabe de suceder algo muy gracioso.
Leyendo por encima mis entradas me di cuenta que todas tienen finales inconclusos. Quedan en la nada y hay dos opciones:
A- me da paja seguir escribiendo.
B- no me gustan los finales.
Y tampoco lo sabrán, porque dejare esta entrada, al igual que todas, inconclusa.

Me caí de la vida.

Pensando.



¿Cómo se puede amar a quien no se conoce?
¿Cómo se puede dar amor si nunca lo tuviste?
¿Cómo te das cuenta que estas enamorado?
¿Cómo te das cuenta cuando es amor?
¿Cómo es el amor? ¿Existe? ¿Se puede tocar?
¿Qué es el amor?
Yo pensaba que era solo un corazón rojo dibujado en algún papel. Y por eso decía: ¡Con razón nunca me salió dibujar bien un corazón!
Pero ahora creo que es más que eso. Más que un par curvas y un lápiz rojo. O tal vez no lo sé y solo me imagino que el corazón tiene dos piernas, dos brazos, una cara y me habla. Me grita. Me pide que me despierte.  Con sus brazos me agarra y sacude, de un lado al otro, como si eso sirviera de algo. Lo que el corazón no entiende es que yo estoy despierta. Quien sigue en su letargo es él mismo. Y entonces se volvió todo muy gracioso, porque el mismo corazón quien intenta despertar a alguien, se desespera al darse cuenta que él es el dormido. Y entonces se rinde, no sabe qué hacer y tampoco tiene ganas de ponerse a pensar que está pasando o como despertarse. Y entonces decide seguir así, divagando…