Que bien te ves cuando en tus ojos no importan si las horas bajan...
martes, 25 de septiembre de 2012
Espiral
Me gusta dar vueltas, me gusta la sensación de mareo que provoca el espiral.
Pero todo terminó, llegué al final del espiral y antes no me había dado cuenta
de su próxima llegada, no me avisó.
Así que terminé estancada.
Ahora espero el renacimiento.
“El espiral simboliza el proceso de crecimiento y evolución. Representa el proceso de volver al mismo punto una y otra vez, pero en un nivel diferente, de este modo que todo se ve con una nueva luz.”
Para los celtas tenía que ver con evolución y crecimiento holístico, dejar ir, sumisión, liberación, conciencia del uno en el contexto del todo, conectividad y unión con lo divino y las energías cósmicas.
El espiral es una formación natural frecuente en el reino vegetal, evoca la evolución de una fuerza, de un estado. Es continuidad, desarrollo, emancipación, rotación creacional; en una palabra el espiral es fertilidad con todo lo que connota. Es el inicio y el fin, nacimiento y finitud, transformación.
En muchos lugares representaba el ciclo "nacimiento-muerte-renacimiento" así como al Sol, que se creía seguía ese mismo ciclo, naciendo cada mañana, muriendo cada noche y renaciendo a la mañana siguiente.
Desde las épocas más antiguas, la humanidad se ha sentido fascinada por el movimiento en espiral, que consiste en una rotación hacia un punto central o el recorrido inverso. En todas las culturas antiguas, el espiral, que es la forma natural del desarrollo y movimiento, ha sido un símbolo del viaje hacia la vida eterna. La forma espiral se utilizó como símbolo místico de la búsqueda del alma de su liberación, representando el camino que girando, iba al centro de lo divino.
En las culturas precolombinas, el dios de la lluvia, Tlaloc, era representado saliendo de la boca de un caracol gigante, y Quetzalcóatl estaba estrechamente relacionado con caracoles marinos. Para los mayas , el solsticio de invierno era el momento cero en su cosmología y la espiral simbolizaba ese origen.
La Venus de Milo fue representada girando sobre sí misma en movimiento ascendente, con su parte superior desnuda y la inferior cubierta, como si estuviese abandonando el ropaje de la materia en su ascenso en espiral.
El caduceo hermético, con el doble enroscamiento de las serpientes, reproduce la misma forma que el doble movimiento de los Nâdi, canales situados a ambos lados de la columna vertebral que ciertas prácticas yóguicas ponen en movimiento a fin de lograr el despertar de la Kundalini, para que ésta ascienda hasta el chakra (vórtice energético) situado en la cabeza. Todas estas configuraciones serpentinas reiteran idéntico Leitmotiv.
El antiquísimo símbolo del Yin y Yang, es también una forma de espiral que carece de principio y fin. Todo se expande y multiplica, dando origen a la dualidad, para regresar de nuevo a la divinidad, una vez finalizado el proceso.
En el Hinduísmo, la doble espiral representa la evolución, partiendo de su centro, y la involución, regresando al mismo. Es el Kalpa y el Pralaya, nacimiento y muerte.
Para numerosos pueblos africanos, esta forma simboliza la dinámica de la vida y la expansión de los seres dentro de lo manifestado. Entre los Dogón, representa la semilla de Amma; es decir, el verbo o palabra de Dios.
También se ha asociado la espiral con la Gran Rueda de la Vida, que simboliza los ciclos de la naturaleza.
En la Tradición Cabalística, el alma bajaba en espiral para adquirir una presencia física en el momento del nacimiento, se creía que al morir se producía el proceso inverso y el alma subía de nuevo en espiral.
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